Vimos en una esquina de un sábado cualquiera a un viejo con una barba gris y blanca, estaba sentado en unas cortas escaleras cerca a un semáforo y pintaba un lienzo mientras apoyaba la paleta de colores en su gastado pantalón oscuro, a su alrededor mostraba sus trabajos sin prestar mucha atención a las personas que pasaban curioseando. Las pinturas no eran muy especiales, principalmente paisajes planos con lagos o ríos y un par de botes que pasaban reflejándose junto a la selva del fondo, eran monótonos pero se veía la experiencia del hombre en ellos. Yo mire a mi novia y le dije a que sería como